domingo, 14 de septiembre de 2008

Jorge Larrionda


Último país de la CONMEBOL que visitamos, otro con dos preseleccionados. El primero del que hablaremos será Jorge Larrionda. Tiene 40 años y es internacional desde 1998. No es el internacional más veterano, ahora mismo Líber Prudente ocupa esa posición y, pese a ser más joven que Larrionda, no ha tenido ni mucho menos el protagonismo que ha tenido Larrionda en los últimos años. Después del retiro de Gustavo Méndez le quedó el camino libre, y vaya si lo ha aprovechado. Empezamos como siempre repasando sus actuaciones en Copas del Mundo sub-17 y sub-20. En 2005 participó en la Copa Mundial sub-17 de Perú. Su máximo logro fue dirigir el partido por el tercer y cuarto puesto. El mismo año, en Holanda, estuvo en la Copa Mundial sub-20 de Holanda. Allí dirigió una de las semifinales. En la Copa Confederaciones Francia 2003 nuevamente se quedó con unas semifinales. Larrionda fue designado para dirigir en el Mundial de Korea y Japón, pero fue sancionado con seis meses de suspensión por la Asociación Uruguaya de Fútbol. Dicha sanción por supuestas irregularidades llegó a FIFA, que decidió apartarlo de la cita. También arbitró el partido por el tercer y cuarto puesto en los Juegos Olímpicos de Atenas. Finalmente acudió a un Mundial, el de Alemania, donde claramente fue uno de los mejores, y por ello fue recompensado con una semifinal. Fue el representante de la CONMEBOL en el Mundial de Clubes de 2007, que se disputó en Japón. Dirigió una semifinal. Ha participado en dos ediciones de la Copa América: 2001 y 2007. En la primera sólo arbitró partidos de la fase de grupos, mientras que en la segunda dirigió unos cuartos de final. Ha arbitrado tres finales consecutivas de la Copa Libertadores: 2005, 2006 y 2007. En esta última edición arbitró unos octavos y unos cuartos. Ya conocemos su estilo enérgico y agresivo, es un árbitro que se hace respetar, fue muy criticado en un partido del Mundial de Alemania, el Italia-Estados Unidos, en el cual sacó tres tarjetas rojas, dos de ellas directas. Se le considera estricto en lo disciplinario, pero lo de aquel partido no fue precipitación, fue valentía, fue hacer lo correcto.

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